Los chakras son los puntos de unión entre el cuerpo físico y los cuerpos de energía sutiles. Aquellos
que poseen la facultad de ver más allá de lo físico pueden distinguirlos con claridad en el aura. Si los chakras están sanos,
la comunicación entre los diferentes cuerpos de energía funcionará bien. De lo contrario, no sólo será imposible que los diversos
niveles trabajen en armonía, sino que también aumentarán las posibilidades de que se produzca una "invasión" a través de los
chakras bloqueados. Por ejemplo, si el chakra "plexo solar" está bloqueado o no puede cerrarse, corremos el riesgo de que
nuestra energía se filtre o de que alguien la absorba por allí en un acto de vampirismo psíquico; también puede suceder que
los estados emocionales de los demás nos desborden. ( Por eso, cada vez que creemos estar amenazados en lo emocional o vacíos
en lo psíquico, cruzamos instintivamente los brazos sobre el diafragma, en un intento por proteger este chakra ).
Por otro lado, si el chakra del tercer ojo está demasiado abierto, la persona estará también demasiada
abierta a los pensamientos de los demás o a la invasión proveniente de los niveles astrales. Si no existe el equilibrio entre
los chakras - por ejemplo, el chakra de la base de la columna vertebral está bloqueado mientras que el chakra de la coronilla
queda abierto tras un extenso período de meditación - , no nos hallaremos en el espacio ni en el tiempo. Si aprendemos a cerrar
o a proteger los chakras, evitaremos estos problemas.
En la meditación ,abrir los chakras a voluntad aumenta el flujo de energía espiritual. Si aprendemos
a protegerlos, nos aseguraremos que la energía permanezca con nosotros, en vez de fluir hacia los demás. En los casos en que
se requiere una interacción intensa entre las personas, como cuando se sana o se dan consejos, utilizamos los chakras para
relacionarnos y recoger información. Una vez finalizada la interacción, no sólo debemos cerrar los chakras sino también asegurarnos
de que ni siquiera una parte de nuestra energía haya quedado en la otra persona - ni la de la otra persona en nosotros.
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Desde el punto de vista de la intuición, los chakras se asemejan a ruedas que giran alrededor de un vértice de
luz. No siempre los chakras se mueven en una sola dirección: en ocasiones , algunos lo hacen en sentido horario mientras que
otros lo hacen al revés. O pueden dar vueltas todos hacia un mismo lado. No existe una única manera. Desde el punto de vista
psíquico, los chakras deberían girar a la misma velocidad e irradiar idénticas cantidades de luz y energía. Una forma de detectarlo
es con la ayuda de un péndulo ( geomancia ). La velocidad del desplazamiento debiera ser igual para todos los chakras. Si
el chakra está bloqueado, el efecto visual puede incluir desde puntos negros de energía dentro del chakra a la inmobilidad
total, cuando el chakra se detiene por completo y tiene un aspecto lúgubre. Los chakras que están bien abiertos suelen girar
con mucha rápidez o escandilar con su brillo. Si deseamos conservar nuestro equilibrio psíquico, es importante que los chakras
se mantengan puros, equilibrados unos con otros y que funcionen como corresponde.
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En la mayoría de los sistemas, se cree que existen siete chakras, que van desde la base de la columna vertebral
hasta el extremo superior de la cabeza. Pero también hay un chakra debajo de los pies, otros en el pecho, en la cabeza y por
encima de ella ( estos últimos nos conectan con los niveles espirituales ). Estos chakras adicionales, se abren a medida que
evolucionamos en lo espiritual; nos percataremos de su presencia cuando hayamos logrado incorporarlos en nuestras visualizaciones
en el momento justo.
Estar en contacto con nuestro chakra "terrestre" constituye un excelente modo de protegerse. Nos mantiene firmes
sobre la tierra y evita que estemos demasiado abiertos en el nivel espiritual. Reconectarnos con este chakra al final
de la meditación nos permitirá volver a nuestro cuerpo físico plena e inmediatamente, ahorrándonos los problemas que surgen
cuando las personas regresan a medias. Deberíamos conectarnos con este chakra también antes de meditar, para que las energías
e introspecciones espirituales desciendan al nivel físico y se ajusten a la vida cotidiana.
También evita que flotemos, y al mismo tiempo, nos abre a las energías espirituales, aunque protegiéndonos del
ataque psíquico. Si la fuerza Kundalini - energía psíquica y espiritual que se desplaza a través de la columna y atraviesa
todos los chakras hasta acumularse en la base de la columna vertebral - comenzara a vibrar demasiado, diríjala hacia el chakra
terrestre; de lo contrario, podría hacer estallar su mente, al subir por su columna.
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